Porque sin ti, mi preciada agua, jamás perdurarían de los
seres sus almas.
jueves, 26 de julio de 2012
Sin ti, nada.
Tú, que recorres agonizante cada centímetro en el espacio
buscando reposo entre los tuyos; que atraviesas praderas y bosques soñando con
teñir del verde más puro las hojas dormidas de cada árbol allí presente. Tú,
que dejas marcas de vida en los labios que con sutileza tocas; que endulzas con
el murmullo de tu voz los oídos de aquellos que de ti gozan. Tú, fuente de
riqueza y esperanza, por los más desgraciados deseada, por todos amada. Nunca permitas
a la mano del hombre dominarte, con su ambición ocultarte, evaporarte...
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